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Thursday, December 17, 2020

1894: cuando las prostitutas de Puerto Rico pagaban impuestos


Investigación y redacción por Annette Ramírez Díaz

¿Sabías que en 1894 la prostitución estuvo regulada en las principales ciudades de Puerto Rico?

Existieron Reglamentos de Higiene de la Prostitución en San Juan y Ponce, en los cuales se regulaban todos los aspectos del oficio. Esta reglamentación requería que las prostitutas se registraran en una lista oficial y llevaran consigo una libreta o cartilla donde constaba su lugar de residencia y se certificaba su estado de salud. Las prostitutas debían pagar impuestos, y de no hacerlo, se exponían a multas y cárcel. Sólo podían practicar su oficio en casas con licencia y no debían estar en la calle luego de las 10 de la noche. Para ellas, era obligatorio someterse a exámenes médicos dos veces en semana. Estos exámenes se realizaban mediante un proceso doloroso y humillante, en las estaciones de policía y frente a los presentes en el lugar. En el caso de detectarse alguna enfermedad venérea, eran recluidas en un hospital especial. En San Juan se crea el Hospital Especial de Mujeres para este propósito.

Los reglamentos establecían las calles específicas en las cuales las prostitutas debían vivir y ofrecer sus servicios; una especie de "zona roja". En el caso específico de San Juan, el 9 de marzo de 1894, el periódico La Correspondencia de Puerto Rico publica la siguiente nota: 

Está ya en prensa el reglamento de higiene de la prostitución, que ha de empezar a regir en esta Ciudad. Según el reglamento, las casas de lenocinio solo podrán establecerse en las calles de Tetuán desde los números 36 y 39, recintos Norte y Sur; O’Donnell desde la Plaza de Santiago hasta la del Sol, y en esta y la de la Luna, desde la de O’Donnell hasta la Norzagaray y en toda esta última. En el barrio de la Marina se situarán fuera de las calles Nueva, Isabel II, Princesa, Infanta Luisa y Arsenal.

Si llevamos esta data a un mapa, podemos visualizar, marcado en rojo, dónde estaba ubicada esa "zona roja" en el casco de San Juan.


Como puede observarse, se mantenía a las prostitutas fuera del centro de la ciudad.

A partir de la década de 1870, hubo grandes movimientos de personas de la ruralía hacia los cascos urbanos de Puerto Rico, principalmente a San Juan, Ponce y Mayagüez, en busca de mejores oportunidades de trabajo. Los oficios escaseaban y muchas mujeres optaron por la prostitución para ganarse la vida o complementar su sueldo. 

¿La razón detrás de esta reglamentación? No se creó para otorgarle derechos a las prostitutas. Se creó principalmente para controlarlas e invisibilizarlas. 

Vamos a permitir que Don Mariano Abril nos cuente las razones en sus propias palabras, según publicadas en el periódico La Democracia:

La prostitución había llegado ya en Ponce a un descaro inaudito. En la plaza pública, en las calles principales, en el teatro, veíase a la mujer viciosa, haciendo gala de su impudicia, codeándose con las damas, sentando sus reales frente a las familias honradas, sin que éstas pudiesen evitar ese espectáculo, por que no había una ley que las defendiese de su contacto.


El descoco y la insolencia paseándose libremente por las calles a la faz de las personas decentes; el escándalo, fomentado por los Cocheros, cruzando en carruajes por nuestras calles a todas horas del día y de la noche, ese era el triste espectáculo que Ponce ofrecía, espectáculo que no hablaba muy alto en pro de nuestra cultura y de nuestras costumbres.


El amigo señor Nouvilas, alcalde de Ponce, apoyado por los señores concejales, concibió la idea de reglamentar ese vicio y poner coto a sus desmanes.


Redactose el Reglamento, fue aprobado y puesta en práctica con éxito satisfactorio. Desde el día 1 de julio rige en esta ciudad y desde esa fecha han cesado los escándalos y espectáculos que a diario presenciábamos.


Ya en las horas del día y en las primeras de la noche, las familias pueden cruzar las calles de la ciudad sin tropezar con la descocada ramera, que con sus gestos y sus miradas era una ofensa constante al pudor.


Se ha dado un gran paso hacia la moral de las costumbres, por el que debemos todos felicitar al Ayuntamiento que tan celoso se ha mostrado en la corrección del vicio.

La reglamentación continuó hasta el 1917, mucho después de la llegada de los norteamericanos a Puerto Rico. 

Fuentes:

La correspondencia de Puerto Rico. (San Juan, P.R.), 09 March 1894. Chronicling America: Historic American Newspapers. Lib. of Congress. <https://chroniclingamerica.loc.gov/lccn/sn91099747/1894-03-09/ed-1/seq-2/>


La democracia. (Ponce, P.R.), 05 July 1894. Chronicling America: Historic American Newspapers. Lib. of Congress. <https://chroniclingamerica.loc.gov/lccn/sn90070270/1894-07-05/ed-1/seq-2/>


Flores Ramos, José Enrique. Vida Cotidiana de las Prostitutas en San Juan de Puerto Rico : 1890-1919, Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña, Año 6 Núm 13, 2006 https://issuu.com/coleccionpuertorriquena/docs/segunda_serie_n__mero_13


Findlay, Eileen. LA RAZA Y LO RESPETABLE: LAS POLÍTICAS DE LA PROSTITUCIÓN Y LA CIUDADANÍA EN PONCE EN LA ÚLTIMA DÉCADA DEL SIGLO XIX,Op. Cit., número 16, 2005
ISSN 1526-5323 
  No.16-2005-p.99-135 Op.Cit.pdf (148.6Kb)